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lunes, 20 de septiembre de 2010

Viena, Austria 2010

¿Qué tal una escapada romántica?
Pues eso es precisamente lo que hicimos mi estupendo y yo en septiembre de 2010, aprovechando el puente de la Fuensanta.

Nos alojamos en el Gran Hotel de Viena, en la famosa calle Ring Strasse, justo al lado de la Ópera, lo cual nos permitió acceder a pie a todos los puntos claves de interés turístico.

La Ringstrasse (Calle del Anillo) tiene forma circular, de ahí su nombre. La ciudad de Viena se encontraba protegida por una muralla desde el siglo XIII, hasta que, a partir del año 1850, la ciudad fue creciendo y se formaron varios barrios en el exterior de los muros.
En 1857 comenzó el derribo de la muralla para dejar más espacio a la ciudad y en su lugar se construyó un gran bulevar, la Ringstrasse y en los años siguientes se construyó esta amplia avenida alrededor del centro histórico de la ciudad con edificios públicos representativos, palacios privados, plazas y parques, monumentos y elegantes cafés.


El primer día nos adentramos en el casco histórico de Viena para ir tomando contacto con la ciudad, sus gentes y costumbres y de paso ver algunos monumentos.


Comenzamos nuestro recorrido por la Stephanplatz, una calle muy céntrica y completamente comercial,  hacia la Catedral de Viena (Stephansdom), de estilo gótico en la que destaca una inmensa torre de 137 metros completamente vsible desde muchos puntos de la ciudad.
En el interior de esta, nos encontramos gran parte de las tumbas y restos mortales de la dinastía de los Habsburgo. También al parecer, fue allí donde Mozart se casó y posteriormente se ofició su funeral. La pillamos en restauración.




Casa de Mozart
Entre los años 1784 y 1787 Mozart vivió junto con su familia en un apartamento situado en la primera planta del edificio número 5 de la calle Domgasse, a la espalda de la Catedral. Hoy en día, se puede visitar el que fuera el hogar de este gran genio de la música.


En el edificio se pueden visitar cuatro pisos; el recorrido comienza en la tercera planta, en la que se dan a conocer datos interesantes sobre los años que pasó Mozart en Viena, los lugares en los que actuaba, quiénes eran sus amigos, su relación con los masones o la gran pasión que tenía por los juegos.


En la segunda planta, se presentan los trabajos operísticos de Mozart, y en la primera se puede ver cómo era el hogar del artista. En el sótano de la vivienda se encuentra instalado un centro de aprendizaje en el que los interesados pueden aprender lo que deseen sobre el maestro Mozart.


Aunque era una visita obligada como quien dice, resultó bastante decepcionante para mí pues la visita resultó muy monótona y sin mucho interés, al menos para los profanos como nosotros en lo que a música se refiere y además sólo vivió allí tres años y no hay ni un solo mueble que te acercase a su modo de vida real. Se realiza toda la visita con audioguías y te lo va explicando sala por sala pero no lo ves, tan sólo lo imaginas. No mereció la pena para mí esta visita.

Continuamos desde la Stephanplatz en dirección hacia el palacio de Hofburg callejeando por una zona completamente animada y atestada de gente y turistas. Muchas marcha y restaurantes y heladerías típicas para los turistas pero con un entorno tan acogedor que se paga de buena gana una cervecilla en una de sus terrazas, aunque sea a precio de turista.


Aquí nos encontramos con la Columna de la Peste. Músicos callejeros y todo tipo de animaciones ambientan el lugar de forma muy agradable y divertida.


De camino paramos para entrar en una preciosa iglesia que asemejaba por fuera a la Basílica de San Pedro, pues de hecho, está inspirada en ella y cuyo interior nos dejó gratamente sorprendidos, la Iglesia de San Pedro.



Siguiendo con nuestra ruta, nos adentramos en la calle  Kohlmarkt, el paraíso para cualquier mujer.........tiendas de los mejores diseñadores con escaparates de ensueño y con precios de ensueño también, vamos............. para seguir soñando con ello......





Bueno, no nos despistemos.....
A lo nuestro....... íbamos de camino al Palacio de Hofburg, ahí lo tenéis al fondo. Fué el lugar de residencia durante más de 600 años de los Habsburgo. Se trata de un enorme conjunto arquitectónico que abarca una amplia zona, desde los antiguos aposentos imperiales, pasando por varios museos, una capilla y una iglesia, la Biblioteca Nacional Austriaca y la Escuela Española de Equitación, hasta el despacho del Presidente de Austria.




Una vez en la entrada que da al Palacio, nos encontramos una plaza muy bonita con un par de edificios muy coquetos, como el del Raiffeisen Bank de Viena.


Nada más entrar el Palacio de Hofburg nos encontramos el Museo de Sisí Emperatriz y la Escuela Española de Equitación. En el Museo se muestra toda la vajilla que utilizaba la pareja real, Sisí y Francisco José en la corte.





Y entre los dos millones de piezas y salas, aparece esta forma tan peculiar de doblar la servilleta, que al parecer, se trasmitía de padre a hijo y sólo había tres personas que sabían el secreto de su confección, uno de los mejor guardados de Viena. Parece ser que en la actualidad, cuando se ofician banquetes reales, aún se colocan las servilletas de esa forma.

El recorrido por el Museo de Sisí se realiza con la ayuda de un audioguía y en él se va explicando las excentricidades de la Emperatriz Sisí, sus obsesiones por la belleza y deporte, su extrema delgadez y posible anorexia, su depresión, los cuidados de su melena, etc. Como curiosidad, deciros que tardaban un día entero en lavar su pelo y que todos los días lo cepillaban durante tres horas mientras Sisí sentada en su tocador, escuchaba poemas de Homero. También llama la atención saber que Sisí no correspondía al ardiente amor que Francisco José sentía por ella.
A continuación entramos en los Aposentos Imperiales, donde vas pasando por las distintas salas del Palacio y te haces una idea de la vida en la Corte y sus lujos. También queda muy patente la hegemonía de la dinastía de los Habsburgo mediante las explicaciones de la audioguía. Muy ilustrativa, merece la pena.
Aquí los interiores de las Caballerizas de la Escuela Española de Equitación.


Atravesando su puerta principal entramos a los jardines del interior y nos encontramos una sorpresa: una banda de música interpretando polkas y piezas musicales muy alegres que invitaban al baile en plena calle.


Aquí una foto que hice al día siguiente, ya  sin músicos para que apreciéis el monumento central de la plaza.



Pasando la la parte interior del Palacio, nos encontramos con la Biblioteca Nacional de Austria, que no te dejan visitar por dentro.

Y el Museo de las Mariposas

Nos dirigimos hacia el Stadtpark, sin duda uno de los espacios más fotografiados por los turistas porque en este parque nos encontramos monumentos de figuras tan relevantes como Johann Strauss.
Y aquí con Mozart.



Unas imágenes bonitas de los jardines bien cuidados que  nos encontarmos por todas partes.






Callejeando un poco de camino al hotel para descansar nos encontramos imágenes pintorescas  como estas.








No podíamos irnos de Viena sin asistir a una de las famosas representaciones en la Gran Ópera. En este caso fue la Flauta Mágica la que estaban representando, no pudimos elegir.
Aquí tenéis la Ópera por fuera y por dentro.












Ahora las imágenes de la ópera pero de día.





Segundo día de viaje, optamos por hacer otra ruta diferente. Nos fuimos al Palacio de Schönbrunn, que era la residencia de verano de la familia imperial. La visita al interior del Palacio se realiza mediante audioguía y aunque resulta interesante, no deja de ser un poco de lo mismo que te cuentan en los Aposentos Imperiales del Palacio de Hofburg.





Unas vista del Palacio desde su interior.


Vistas desde el interior del Palacio de los jardines privados y del laberinto.


Y ahora unas impresionantes vistas de los jardines principales con el Pabellón de Caza al fondo.











Y unas vistas de la ciudad desde aquí arriba.

El Palacio está a las afueras de Viena, por ello tardas bastante tiempo en ir y venir, además de en visitarlo.
Volvimos a los jardines del Palacio de Hofburg porque empezaba una feria de la alimentación típica austriaca y nos apetecía degustar la típica gastronomía de la zona.





Aquí vemos los distintos stand con los productos típicos de cada región de Austria.


Y fijaos en la decoración tan peculiar que tenía la feria:







De vuelta al hotel y esta noche tocaba concierto en el Palacio de Hofburg.

Tercer día de viaje, y último. Decidimos seguir callejeando por una ruta diferente.
Comenzamos por una visita a la Iglesia de San Carlos Boroneo
Durante la epidemia de peste de 1713, el Emperador Carlos VI prometió al pueblo que cuando la ciudad fuera liberada de la enfermedad, construiría un templo dedicado a San Carlos Borromeo, patrono de la lucha contra la peste. La construcción de la iglesia fue un lento proceso que se vio finalizado 25 años después.



Probablemente lo que más llama la atención al ver la iglesia son las dos columnas del exterior, inspiradas en la Columna de Trajano de Roma, con una decoración en espiral que representa escenas de la vida de San Carlos Borromeo.
Continuamos en dirección al Naschmarkt, uno de los mercados más emblemáticos y conocidos de Viena. Nos adentramos en una larga calle en la que se disponen los puestecillos de carnes, frutas y verduras a un lado y los bares de copas y tapas al otro. Sumamente divertido y concurrido al máximo.









Nos fuimos en dirección al Museo de Arte Contemporáneo y al Museo de Leopold que dan ese toque moderno a la ciudad clásica que es Viena.


Continuamos por el Barrio de los Museos, donde nos encontramos el Museo de Historia Natural  y enfrente de él el  Museo de la Hisroria del ArteKunsthistorishesmuseum. Dos edificios absolutamente idénticos.








A continuación nos encontramos con el Parlamento, un edificio neoclásico imponente. El Parlamento de Austria fue diseñado con un estilo denominado Historicismo, con la intención de que su construcción recordara a la antigua Grecia como cuna de la democracia.


El edificio cuenta con dos grandes salas de sesiones unidas por un gran pórtico central; una de ellas es la sede del Consejo Nacional y la otra es ocupada por el Consejo Federal.



Continuamos hacia el  Rasthaus o Ayuntamiento de Viena. El estilo del edificio es neogótico y está adornado impecablemente. En los alrededores nos encontramos una Feria  Gastronómica Internacional y un Festival de cine con una pantalla gigante.







Lógicamente no tuvimos más remedio que parar a tomar algo....¿Un mojito?

Algunos jardinitos por el camino.



Por último, el Museo Albertina:




El Gran Teatro de Viena.




Alguna Iglesia más, la Minorikirshe, donde existe una copia del cuadro de La Última Cena de Da Vinci







Hoher Markt



En la Plaza Hoher Markt nos encontramos el Reloj Anker.




Cada hora con puntualidad marcial desfila delante de los presentes una figura que representa un personaje histórico de Austria, como por ejemplo el príncipe Eugenio de SaboyaJoseph Haydn, etc…
El momento más esperado sucede cada mediodía, cuando las doce figuras desfilan todas juntas al son de la música clásica vienesa.

Un último paseo nocturno para despedirnos de esta bonita ciudad antes de marchar de nuevo para casa.









Ópera en la calle. Al mismo tiempo que tiene lugar la representación dentro de la ópera, fuera en la calle colocan una pantalla gigante con unas sillas para que la gente pueda ver y oír  la representación de la obra en tiempo real.






Pues eso dio de sí el fin de semana. Una agenda muy apretada pero nos fuimos con la ciudad bien pateada y con una agradable sabor de boca. Volvimos cargados de tartas Sacher, la especialidad de la zona a las que dimos buena cuenta entre todos los amigos.
Hasta la próxima.

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